lunes, 6 de octubre de 2014

El maíz, ¿la posible cura del cáncer?

Sus proteínas y péptidos contienen propiedades antioxidantes y anticancerígenas. Diversos estudios ya trabajan en un nuevo enfoque, evaluando los componentes de este cereal con la finalidad de que puedan aplicarse como fármacos.

Su precio en el mercado internacional baja, aumentan los costos locales y encima se aplican derechos de exportación del 20%: el maíz no atraviesa su mejor momento en la Argentina y en el mundo. El maíz, ¿la posible cura del cáncer?

Sin embargo, la cuestión para este cereal podría cambiar, ya que no sólo se trata de un pilar de la buena alimentación, sino que está comprobado que el maíz y otros granos poseen un enorme potencial en el cuidado de la salud.

Esto se debe a sus proteínas y péptidos (componente de menor tamaño pero igual composición que las proteínas), que contienen propiedades antioxidantes y anticancerígenas, y sus compuestos tienen aplicación en la prevención y el tratamiento de enfermedades crónico-degenerativas. Así lo informó desde Madrid, España, la web Noticias de la Ciencia y la Tecnología.

Y más aún. Todas estas propiedades han hecho que se empiece a trabajar en el maíz en cuestiones más allá de las alimenticias. Margarita Ortiz Martínez, alumna del Doctorado en Biotecnología (DBT) del Tecnológico de Monterrey, en Monterrey, México, trabaja en un nuevo enfoque, que consiste en la evaluación de los componentes de este cereal pero de manera aislada, con la finalidad de que puedan aplicarse como fármacos.

El rastreo de péptidos en cereales es una forma de aprovechar su patrimonio genético y las particularidades de su proteoma (la totalidad de proteínas expresadas en una célula particular bajo condiciones de medioambiente y etapa de desarrollo) para obtener un beneficio en la salud humana.

Esta actividad ya se ha hecho con otros cereales. Sin embargo, que se trate del maíz no es algo menor, ya que en Argentina hay, y mucho.

 

 

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domingo, 15 de junio de 2014

Insólito: aristócrata inglés vende una montaña para pagar impuestos

Un aristócrata británico puso en venta una magnífica montaña en el parque nacional inglés de Lake District y el título de Lord que la acompaña, para pagar los impuestos de sucesión por la herencia de su padre.

El monte Blencathra, de 869 metros de altura, es conocido y apreciado por los excursionistas que visitan la región de los lagos, en el noroeste de Inglaterra, y, junto a su palacete, es el orgullo de la familia desde hace 400 años.

"Es verdaderamente una gran pérdida", suspiró su propietario, Hugh Lowther, conde de Lonsdale, explicando a la BBC que no tuvo más remedio que vender esta "joya" por 1,75 millones de libras (u$s 2,97 millones).

Con esta suma, el aristócrata pretende pagar una parte de los 9 millones de libras (u$s 15,2 millones de dólares) que debe al fisco británico por los impuestos a la herencia de su padre, muerto en 2006.

El futuro propietario de la montaña tendrá derecho al título de Lord de Threlkeld y a los derechos de pastura para más de 6.000 ovejas y corderos.

John Robson, encargado de la venta de la montaña, la describió como "una oportunidad única en la vida" de hacerse con "una de las joyas de la corona de Lake District", el mayor parque nacional de Inglaterra.

 

 

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sábado, 7 de junio de 2014

Lenguas extrañas: ¿Qué idiomas hablan los personajes de Juego de Tronos?

Por Juliana Rodríguez

Valar Morghulis.Los seguidores de Juego de Tronos saben bien qué significa esa frase, santo y seña de los fans de la serie que hoy presenta su octavo capítulo (a las 22, por HBO). Y saben también que la regla es tácita, cuando alguien te dice "Valar Morghulis", tu respuesta debe ser "Valar Dohaeris". La primera significa "Todos los hombres deben morir"; la segunda, "Todos los hombres deben servir". Esta versión en clave fantástica del conocido "Memento mori" del latín ("Recuerda que vas a morir"), que los personajes usan como un saludo pero también como un axioma filosófico, pertenece al Alto Valyrio, uno de los idiomas que se hablan en esta ficción. Es que la creación de mundos fantásticos no sólo involucra el diseño de ciudades maravillosas, bestias imposibles y religiones mágicas, sino también el de lenguas únicas. Desde la saga de J. R. R. Tolkien hasta Star Trek, son muchos los que han creado sus propios esperantos.

En los libros de la saga Canción de Hielo y Fuego en los que se basa Juego de tronos, el escritor George R. R Martin no desarrolla esas lenguas, sino que apenas inventa un par de palabras sueltas. Cuando decidieron llevar a la pantalla la historia, los productores necesitaban, para sumar verosimilitud, que los personajes hablaran en ese código. Así que contrataron a un lingüista, David J. Peterson, al que le tocó la tarea nada sencilla de darle forma, sonido, vocabulario y verbos al Dothraki (la lengua que hablaba el personaje de Kahl Drogo) y, ahora, al Alto Valyrio. Es decir, esas frases inentendibles que pronuncian los personajes y vienen con subtítulos no son meros sonidos raros sin sentido. Es todo un sistema. Así de lejos llega el trabajo de aquellos que se toman muy en serio la construcción de universos maravillosos.

Sobre su trabajo, David J. Peterson le explica a VOS: "La parte más dura de crear una lengua es el sistema verbal. Los verbos son el pegamento que une las partes del lenguaje, y crearlos lleva un largo tiempo de esfuerzo y trabajo. La parte más divertida de esto es crear un sistema de escritura para un lenguaje. No lo hice aún para Juego de tronos, pero lo he hecho en otros trabajos, como en la serie Defiance".

Así, Peterson devela que hay un trabajo del que poco sabíamos: el de inventor de idiomas, el alquimista de palabras nunca dichas. Esa fue su tarea también en otros productos, como la película Thor, un mudo oscuro; el libro de Nina Post, The Zaanics Deceit; o la serie futurista Star-Crossed. "Lleva años crear un vocabulario de al menos 10 mil palabras y las lenguas naturales tienen cientos de miles. Las únicas lenguas construidas que han llegado tan lejos fueron las que usaron millones de personas, como el esperanto. Y, en ese caso, la mayoría de las palabras fueron tomadas de otras lenguas, modificadas sólo un poco para que encajen en los moldes fonéticos", explica.

Peterson cuenta que, por ejemplo, al crear el Alto Valyrio sólo tenía para empezar el par de palabras que creó el escritor de la saga (como la citada "Valar Morghulis", o "Dracarys"). Luego, se trató de darle forma a ese sistema. ¿A qué suena entonces el Alto Valyrio, que en la ficción es una lengua específicamente usada por nobles, como lo fue el latín en la Edad Media? "Si el vocabulario no fuera ficcional, podría decir que suena como una lengua romance, pero sin ser identificable con ninguna de ellas", explica Peterson.

Y sobre el trabajo previo con la lengua Dothraki, comenta: "George R. R. Martin ha dicho que basó su idea de la cultura Dothraki en una mezcla de la cultura de Mongolia en la era de Genghis Khan, de la cual tomó prestado mucho, así como de algunas comunidades de nativos americanos. Cuando busqué inspiración para el vocabulario, vinculado con la zona geográfica, investigué en el clima y la topografía de Mongolia, siguiendo el camino de Martin".

En el blog oficial que HBO tiene de la serie hay un glosario bien completo, ideal para los autodidactas que quieran tomar clases gratuitas de Alto Valyrio. Allí, por ejemplo, se pueden aprender frases como "¿Dónde están mis dragones?", que se dice así: "Skoriot ñuhyz zaldrīzesse ilzi?". ¿Ta claro?

Tolkien, el fundador
Peterson formó, junto a otros lingüistas, la Language Creation Society, entidad que nuclea textos, trabajos, estudios y dudas sobre otras lenguas inventadas (o "conlangs", como las llaman entre expertos, por la unión de las palabras Constructed-Languages). Lo cierto es que los "conlangs" son un universo enorme, que puede incluir desde las palabras que inventan los niños en juegos (el jeringozo); hasta el glíglico, la lengua erótica que hablan La Maga y Oliveira en Rayuela; o el   Jabberwocky, esa lengua sin sentido de Lewis Carroll.

En el terreno de la ciencia ficción y el fantasy es donde abundan estas creaciones. Como el Klingon, la lengua que desarrolló el lingüista Marc Okrand por encargo de los estudios Paramount Pictures, para Star Trek. Pero, sin dudas, es Tolkien el escritor que más tiempo dedicó a esta tarea.

A diferencia de Star Trek y de Juego de tronos, obras que no tenían ya desarrolladas sus lenguas, en El señor de los anillos fue el mismo autor el que creó con paciencia sus idiomas. Apasionado filólogo y lingüista, una de las cosas que más ha sorprendido a los lectores de Tolkien es el nivel detallista en el que los libros presentan las lenguas construidas (con glosarios, poemas, raíces morfológicas de las palabras y los nombres, etimologías).

Juan Ignacio Cesio, miembro de la Asociación Tolkien Argentina (ATA) y estudioso de las lenguas de la Tierra Media, explica que a diferencia de otras ficciones, el escritor inglés creó primero las lenguas y después pensó en quiénes iban a hablarlas, y surgieron entonces los personajes y las historias. "En su caso –explica– la creación lingüística precede a la literaria. Eso es importante porque las lenguas tienen un grado de desarrollo muy grande. En algunos casos, las lenguas de Tolkien tienen un vocabulario inspirado en el finlandés, una gramática cercana al latín, y declinaciones como en el alemán".

Esas lenguas que se escuchan en las películas de El señor de los anillos ya estaban en los libros. Algunas, no muy desarrolladas (como la Lengua Negra de Sauron o el Khuzdul, la lengua secreta de los enanos que, claro, era secreta); otras, más completas, como dos idiomas de los elfos, el Quenya y el Sindarin. "Ambos son funcionales. En la Asociación a veces nos piden que hagamos traducciones de nombres o frases al Quenya, por ejemplo", agrega Ignacio, y explica que hay algunos libros que los analizan, todo un trabajo de hermenéutica que usan como paradigma poemas escritos en esos idiomas por Tolkien.

Más acá, en Córdoba, Carolina Panero, licenciada en Lenguas (y una de las autoras junto a Leonor Ñáñez de la saga literaria Los reinos de Hêrion, que ya va por su segundo tomo) realizó una investigación sobre las lenguas élficas para la Universidad de Córdoba, y también la presentó en Birmingham en el 50 aniversario de El señor de los anillos. Ella explica que hay toda una bibliografía sobre la gramática, la conjugación de verbos y los vínculos de esos idiomas con lenguas naturales (como el finlandés o el galés).

Surge entonces la pregunta inevitable ¿Podemos tener una charla de café en Quenya, por ejemplo? "Si lo estudiás, podés aprender a armar algunas oraciones, a saludar, a hacer preguntas", explica Carolina, aunque aclara que hay todo un mundo se significados que en esa lengua (y en ese universo) no existen. "No podríamos encontrar la palabra 'neurocirugía' en Quenya, por ejemplo", aclara. Pero sí podemos decir, por ejemplo, "Dónde está mi anillo".

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domingo, 16 de febrero de 2014

La enseñanza de inglés no mejora

Duna López, una niña de ocho años, comenzó a asistir a la escuela en Miami a fines del año pasado sin saber una palabra de inglés.

Duna, natural de Barcelona, España, de cabello rubio cenizo, estudia en el Centro Bilingüe Coral Way K-8, la escuela más antigua de educación bilingüe. Durante medio día toma clases en español y las horas restantes en inglés. Durante los cursos de arte, la niña va con otros tres compañeros recién llegados a tomar clases adicionales de gramática y fonética.

Después de siete meses, es una de las más activas participantes de su clase.

"Aprendí en cinco meses, así", comentó.

El caso de Duna es una excepción, pero el reto idiomático que se le presenta es cada vez más común en todo el mapa educativo de Estados Unidos. Se prevé que la población no blanca se convertirá en la mayoría a nivel nacional dentro de una generación y las escuelas están a la vanguardia de ese cambio histórico.

Los niños en edad escolar que hablan otros idiomas en casa forman parte del segmento de más rápido crecimiento dentro de la población. Su número se ha duplicado desde 1980 hasta el 2009, y ahora constituyen el 21% entre los escolares.

En el año escolar comprendido entre el 2009-10 había 4.7 millones de escolares que están aprendiendo inglés y todavía no lo dominan a la perfección. Representaban un 10% de los niños matriculados, según recientes índices divulgados por el Departamento de Educación.

"Esto es parte de una nueva realidad que enfrentan nuestras escuelas públicas", comentó Robert Linquanti, un experto en estudiantes que aprenden inglés de la agencia de investigación educativa WestEd, con sede en San Francisco. "Se ha venido produciendo por mucho tiempo pero ahora ha llegado a un momento crítico".

De todos los retos con que enfrentan los escolares de las minorías y sus escuelas, el aprendizaje de inglés es sin duda, el sector más desvalido. Es difícil encontrar suficientes maestros capacitados para enseñarles y hay poca consistencia en los programas que se usan para educarlos.

El sector educativo está dividido sobre la mejor manera de instruirlos: por un lado están los programas bilingües que cobran fuerza pero que también provocan intensos debates con aquéllos que favorecen el sistema de inmersión en inglés. Los escolares que no dominan el inglés por lo general viven en sectores pobres con escuelas abarrotadas y en muchos lugares representan un costo adicional para distritos escolares con escasos recursos económicos.

Mientras los escolares están en programas especiales para niños sin inglés, se atrasan en los otros cursos. En varios estados, sus índices de graduación de la secundaria son menos del 60% y llegan al 29% en Nevada, según datos federales.

Sólo un 7% de los niños en cuarto grado y un 3% en el octavo, que aprende inglés, logran niveles de "competente" o por encima del promedio de la prueba nacional en lectura, y miles de ellos languidecen durante años en ineficaces programas de inglés como segundo idioma.

En la escala del uno al diez, los escolares del programa de aprendizaje de inglés están por "debajo de cinco", destacó Gary Cook, un especialista del Centro de Investigación Educativa de Wisconsin.

"Su éxito es el nuestro", señaló Cook. "Si en realidad no pueden llegar a cumplir con las expectativas educativas del futuro —que es, la necesidad de tener trabajadores diestros, no necesariamente trabajadores físicos— entonces estamos en un mundo descalabrado".

La gran mayoría de quiénes aprenden inglés, más de dos tercios en la escuela primaria, nacieron en Estados Unidos. Representan una variedad de diversos idiomas y grupos étnicos, pero el grupo dominante es el hispano.

En general, un 38% de escolares hispanos en cuarto año de primaria fueron identificados en el nivel de aprendizaje de inglés al igual que un 20% de los niños hispanos en octavo grado, según un informe sobre las pruebas de matemática de Evaluación Nacional del Progreso en la Educación.

Los estudiantes hispanos en general tienen unos de los niveles más alto de deserción escolar y tienen el menor número de graduados universitarios. La barrera del idioma no afecta a la mayoría, pero para aquéllos que ingresan a la escuela a aprender el inglés los retos son aún mayores.

Los estudiantes asiáticos representan el segundo grupo en el programa de aprendizaje de inglés.

Los estados como California, Texas, Nuevo México y Nevada tienen algunos de los segmentos más numerosos de poblaciones en edad escolar que aprenden inglés. Asimismo están mayormente concentrados en escuelas urbanas de escasos recursos. Un estudio del Instituto Urbano determinó que un 70% asiste a unas 5,000 escuelas primarias, que constituye un 10% de las escuelas del país.

La marginación de estos estudiantes es un reflejo de la segregación de sus vecindarios y de una decisión de algunos distritos de agruparlos con el objeto de designarles maestros capacitados y programas bilingües –que son escasos–, señaló Richard Fry, un investigador adjunto de alto nivel del Centro Pew Hispano. Pero las escuelas a las que asisten también tienen los más altos niveles de pobreza y aulas sobrepobladas.

"Con toda claridad están en riesgo", destacó Fry.

La carrera del escolar que tiene que aprender inglés en el sistema de escuelas públicas comienza con un interrogatorio acerca del idioma que se habla en casa, si se habla otro idioma en la familia y qué idioma habla el niño con mayor frecuencia. Las entrevistas varían de estado a estado, y en algunos lugares se ha criticado que se incluyan preguntas que identifican a los niños como si tuvieran necesidad de servicios de idioma adicionales sin que corresponda a la realidad.

En Miami, por ejemplo, una de las preguntas es cuál es el idioma materno del escolar. Pero como comenta la directora de Coral Way, Josephine Otero, eso no quiere decir necesariamente que un niño no hable bien el inglés, que sería considerado su segundo idioma.

Cuál es el mejor método para enseñar el inglés está en discusión.

La investigación es inconclusa, aunque los programas de educación bilingüe como el de Coral Way, una de las escuelas de mayor antigüedad, han ganado impulso en tiempos recientes. Ese centro escolar adoptó el programa bilingüe, al margen del nivel de competencia idiomática, en la década de 1960 después de recibir una gran oleada de inmigrantes cubanos que le escapaban a la revolución comunista de 1959.

Con la convicción de que en algún momento iban a regresar a Cuba, muchas familias deseaban asegurarse que sus hijos no perdieran el español. Muchos nunca regresaron a la isla, pero el programa de dos idiomas continuó y la escuela ha recibido una calificación de excelencia por parte del estado.

Virginia Collier y Wayne Thomas, de las Universidad George Mason de Virginia, estudiaron los dossiers de más de seis millones de escolares y llegaron a la conclusión de que los programas de inmersión bilingüe total, en los que los estudiantes locales y extranjeros reciben instrucción en ambos idiomas, son los más efectivos. Analizaron programas bilingües en el distrito escolar independiente de Houston y vieron que los estudiantes de habla hispana estaban al mismo nivel o por encima del promedio en inglés y en español desde el primero hasta el quinto grado.

"Este es un programa que se está generalizando por todo Estados Unidos a paso acelerado", afirmó Collier.

En algunos de los programas, los escolares recibían la mitad de los cursos en inglés y la otra mitad en español, o comienzan con más tiempo en el idioma que hablan mejor hasta que van mejorando en el otro.

Uno de los problemas es que no siempre se puede encontrar maestros que no sólo hablen español sino que también lo enseñen académicamente. Resulta un gran reto aún en Miami, donde el idioma español el prácticamente un requisito en la vida cotidiana. Un estudio realizado en 1997 señala que sólo un 2,5% de los maestros que enseñan inglés como segundo idioma tienen título en la enseñanza bilingüe o educación en el idioma inglés.

"No en todos los casos la educación bilingüe rinde mejores frutos", destacó Linquanti "Todo depende de la calidad de la instrucción, el material de enseñanza y del respaldo de la comunidad", añadió.

Los programas bilingües también se enfrentan a obstáculos políticos. En California, Massachusetts y Arizona la educación bilingüe ha sido prohibida.

"La educación bilingüe está relacionada con varios asuntos considerados controversiales en la esfera nacional", destacó Linquanti. "La inmigración y el multiculturalismo. La gente percibe a la educación a través de esos asuntos. Es por eso que la controversia continúa", señaló

En muchos distritos se continúa separando a los escolares que aprenden inglés para un tipo de instrucción especial, a quienes se les enseña básicamente sólo inglés. Existen patrones en todo el país que demuestran que ese método puede ser beneficioso, aunque se critica el hecho de que se aísle a los escolares de sus compañeros de aula.

Una investigación realizada por el Departamento de Educación federal sobre el Distrito Escolar Unificado de Los Angeles determinó que no se logró brindar una educación pareja a los estudiantes que aprendían inglés y los de raza negra, dando como resultado una disparidad académica. Sólo un 5% de los escolares secundarios que aprendían inglés fueron considerados "competentes" en inglés o matemáticas. En el caso de los estudiantes negros, sólo un 32% estaba capacitado en inglés y un 9% en matemáticas, según un reporte del distrito correspondiente al período 2009-10.

El distrito escolar considerado el segundo en el país accedió a reestructurar por completo su programa de enseñanza del inglés.

Hace algunos días, López, en la clase de inglés de López en el tercer grado en Miami, los estudiantes aprendieron los cuatro puntos cardinales en una brújula al leerla y representarla como un poema. Los escolares son de Egipto, Puerto Rico, Cuba y España y muy entusiastas levantaron la mano para responder cuando la maestra Julia Puentes hizo la pregunta.

Puentes destacó que con el método de su escuela, la mayoría comienza a hablar bien el idioma dentro de los tres meses.

"Es sorprendente", comentó.

La pregunta es hasta qué punto el resto del país puede decir lo mismo.

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