domingo, 15 de junio de 2014

Insólito: aristócrata inglés vende una montaña para pagar impuestos

Un aristócrata británico puso en venta una magnífica montaña en el parque nacional inglés de Lake District y el título de Lord que la acompaña, para pagar los impuestos de sucesión por la herencia de su padre.

El monte Blencathra, de 869 metros de altura, es conocido y apreciado por los excursionistas que visitan la región de los lagos, en el noroeste de Inglaterra, y, junto a su palacete, es el orgullo de la familia desde hace 400 años.

"Es verdaderamente una gran pérdida", suspiró su propietario, Hugh Lowther, conde de Lonsdale, explicando a la BBC que no tuvo más remedio que vender esta "joya" por 1,75 millones de libras (u$s 2,97 millones).

Con esta suma, el aristócrata pretende pagar una parte de los 9 millones de libras (u$s 15,2 millones de dólares) que debe al fisco británico por los impuestos a la herencia de su padre, muerto en 2006.

El futuro propietario de la montaña tendrá derecho al título de Lord de Threlkeld y a los derechos de pastura para más de 6.000 ovejas y corderos.

John Robson, encargado de la venta de la montaña, la describió como "una oportunidad única en la vida" de hacerse con "una de las joyas de la corona de Lake District", el mayor parque nacional de Inglaterra.

 

 

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sábado, 7 de junio de 2014

Lenguas extrañas: ¿Qué idiomas hablan los personajes de Juego de Tronos?

Por Juliana Rodríguez

Valar Morghulis.Los seguidores de Juego de Tronos saben bien qué significa esa frase, santo y seña de los fans de la serie que hoy presenta su octavo capítulo (a las 22, por HBO). Y saben también que la regla es tácita, cuando alguien te dice "Valar Morghulis", tu respuesta debe ser "Valar Dohaeris". La primera significa "Todos los hombres deben morir"; la segunda, "Todos los hombres deben servir". Esta versión en clave fantástica del conocido "Memento mori" del latín ("Recuerda que vas a morir"), que los personajes usan como un saludo pero también como un axioma filosófico, pertenece al Alto Valyrio, uno de los idiomas que se hablan en esta ficción. Es que la creación de mundos fantásticos no sólo involucra el diseño de ciudades maravillosas, bestias imposibles y religiones mágicas, sino también el de lenguas únicas. Desde la saga de J. R. R. Tolkien hasta Star Trek, son muchos los que han creado sus propios esperantos.

En los libros de la saga Canción de Hielo y Fuego en los que se basa Juego de tronos, el escritor George R. R Martin no desarrolla esas lenguas, sino que apenas inventa un par de palabras sueltas. Cuando decidieron llevar a la pantalla la historia, los productores necesitaban, para sumar verosimilitud, que los personajes hablaran en ese código. Así que contrataron a un lingüista, David J. Peterson, al que le tocó la tarea nada sencilla de darle forma, sonido, vocabulario y verbos al Dothraki (la lengua que hablaba el personaje de Kahl Drogo) y, ahora, al Alto Valyrio. Es decir, esas frases inentendibles que pronuncian los personajes y vienen con subtítulos no son meros sonidos raros sin sentido. Es todo un sistema. Así de lejos llega el trabajo de aquellos que se toman muy en serio la construcción de universos maravillosos.

Sobre su trabajo, David J. Peterson le explica a VOS: "La parte más dura de crear una lengua es el sistema verbal. Los verbos son el pegamento que une las partes del lenguaje, y crearlos lleva un largo tiempo de esfuerzo y trabajo. La parte más divertida de esto es crear un sistema de escritura para un lenguaje. No lo hice aún para Juego de tronos, pero lo he hecho en otros trabajos, como en la serie Defiance".

Así, Peterson devela que hay un trabajo del que poco sabíamos: el de inventor de idiomas, el alquimista de palabras nunca dichas. Esa fue su tarea también en otros productos, como la película Thor, un mudo oscuro; el libro de Nina Post, The Zaanics Deceit; o la serie futurista Star-Crossed. "Lleva años crear un vocabulario de al menos 10 mil palabras y las lenguas naturales tienen cientos de miles. Las únicas lenguas construidas que han llegado tan lejos fueron las que usaron millones de personas, como el esperanto. Y, en ese caso, la mayoría de las palabras fueron tomadas de otras lenguas, modificadas sólo un poco para que encajen en los moldes fonéticos", explica.

Peterson cuenta que, por ejemplo, al crear el Alto Valyrio sólo tenía para empezar el par de palabras que creó el escritor de la saga (como la citada "Valar Morghulis", o "Dracarys"). Luego, se trató de darle forma a ese sistema. ¿A qué suena entonces el Alto Valyrio, que en la ficción es una lengua específicamente usada por nobles, como lo fue el latín en la Edad Media? "Si el vocabulario no fuera ficcional, podría decir que suena como una lengua romance, pero sin ser identificable con ninguna de ellas", explica Peterson.

Y sobre el trabajo previo con la lengua Dothraki, comenta: "George R. R. Martin ha dicho que basó su idea de la cultura Dothraki en una mezcla de la cultura de Mongolia en la era de Genghis Khan, de la cual tomó prestado mucho, así como de algunas comunidades de nativos americanos. Cuando busqué inspiración para el vocabulario, vinculado con la zona geográfica, investigué en el clima y la topografía de Mongolia, siguiendo el camino de Martin".

En el blog oficial que HBO tiene de la serie hay un glosario bien completo, ideal para los autodidactas que quieran tomar clases gratuitas de Alto Valyrio. Allí, por ejemplo, se pueden aprender frases como "¿Dónde están mis dragones?", que se dice así: "Skoriot ñuhyz zaldrīzesse ilzi?". ¿Ta claro?

Tolkien, el fundador
Peterson formó, junto a otros lingüistas, la Language Creation Society, entidad que nuclea textos, trabajos, estudios y dudas sobre otras lenguas inventadas (o "conlangs", como las llaman entre expertos, por la unión de las palabras Constructed-Languages). Lo cierto es que los "conlangs" son un universo enorme, que puede incluir desde las palabras que inventan los niños en juegos (el jeringozo); hasta el glíglico, la lengua erótica que hablan La Maga y Oliveira en Rayuela; o el   Jabberwocky, esa lengua sin sentido de Lewis Carroll.

En el terreno de la ciencia ficción y el fantasy es donde abundan estas creaciones. Como el Klingon, la lengua que desarrolló el lingüista Marc Okrand por encargo de los estudios Paramount Pictures, para Star Trek. Pero, sin dudas, es Tolkien el escritor que más tiempo dedicó a esta tarea.

A diferencia de Star Trek y de Juego de tronos, obras que no tenían ya desarrolladas sus lenguas, en El señor de los anillos fue el mismo autor el que creó con paciencia sus idiomas. Apasionado filólogo y lingüista, una de las cosas que más ha sorprendido a los lectores de Tolkien es el nivel detallista en el que los libros presentan las lenguas construidas (con glosarios, poemas, raíces morfológicas de las palabras y los nombres, etimologías).

Juan Ignacio Cesio, miembro de la Asociación Tolkien Argentina (ATA) y estudioso de las lenguas de la Tierra Media, explica que a diferencia de otras ficciones, el escritor inglés creó primero las lenguas y después pensó en quiénes iban a hablarlas, y surgieron entonces los personajes y las historias. "En su caso –explica– la creación lingüística precede a la literaria. Eso es importante porque las lenguas tienen un grado de desarrollo muy grande. En algunos casos, las lenguas de Tolkien tienen un vocabulario inspirado en el finlandés, una gramática cercana al latín, y declinaciones como en el alemán".

Esas lenguas que se escuchan en las películas de El señor de los anillos ya estaban en los libros. Algunas, no muy desarrolladas (como la Lengua Negra de Sauron o el Khuzdul, la lengua secreta de los enanos que, claro, era secreta); otras, más completas, como dos idiomas de los elfos, el Quenya y el Sindarin. "Ambos son funcionales. En la Asociación a veces nos piden que hagamos traducciones de nombres o frases al Quenya, por ejemplo", agrega Ignacio, y explica que hay algunos libros que los analizan, todo un trabajo de hermenéutica que usan como paradigma poemas escritos en esos idiomas por Tolkien.

Más acá, en Córdoba, Carolina Panero, licenciada en Lenguas (y una de las autoras junto a Leonor Ñáñez de la saga literaria Los reinos de Hêrion, que ya va por su segundo tomo) realizó una investigación sobre las lenguas élficas para la Universidad de Córdoba, y también la presentó en Birmingham en el 50 aniversario de El señor de los anillos. Ella explica que hay toda una bibliografía sobre la gramática, la conjugación de verbos y los vínculos de esos idiomas con lenguas naturales (como el finlandés o el galés).

Surge entonces la pregunta inevitable ¿Podemos tener una charla de café en Quenya, por ejemplo? "Si lo estudiás, podés aprender a armar algunas oraciones, a saludar, a hacer preguntas", explica Carolina, aunque aclara que hay todo un mundo se significados que en esa lengua (y en ese universo) no existen. "No podríamos encontrar la palabra 'neurocirugía' en Quenya, por ejemplo", aclara. Pero sí podemos decir, por ejemplo, "Dónde está mi anillo".

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